CRONOLOGÍA DE LAS INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN EL TERRITORIO DE CABAIGUÁN.
*Extraido de "Los aborígenes en Cabaiguán", de los autores Orlando Alvarez de la Paz y Santiago F. Silva García, editorial Luminaria (2005) Sancti-Spiritus (Cuba).
Los primeros informes relacionados con hallazgos arqueológicos en el municipio de Cabaiguán, son expuestos de la manera siguiente por Fernando García y Grave de Peralta -citado por José Alvarez Conde (1)- como resultado de sus excursiones arqueológicas a finales del siglo XIX en la prefectura de Neiva:
[...] Fernando García y Grave de Peralta [...] localizó en Neiva, término de Cabaiguán, cerca de la ciudad de Sancti-Spiritus, fragmentos de vasijas de barro y de hachas petaloides.*
En julio de 1960, el arqueólogo José Álvarez Conde visita la zona de Neiva con el propósito de localizar el lugar de los hallazgos de Fernando García y Grave de Peralta, pero los resultados son infructuosos (2).
Rogelio Concepción, historiador de la localidad, ubica el asentamiento indio de Cabaiguán en un punto próximo a la elevación conocida como loma de la Campana; donde -hasta el presente- no han sido localizadas las evidencias materiales, a pesar de las exploraciones realizadas con este propósito.
A partir de 1982, miembros del grupo Espeleoarqueológico Caonao -de la Sociedad Espeleológica de Cuba- llevan a cabo múltiples exploraciones que propician el descubrimiento de un considerable número de sitios arqueológicos y de evidencias aisladas, que constituyen la base de profundas investigaciones; llevadas a cabo para dar a conocer la riqueza arqueológica del municipio.
El primer reporte se produce en octubre de 1982, por Hiraldo Rojas; miembro del grupo Caonao, durante la exploraciones efectuadas en las proximidades del río Tuinucú, específicamente en los límites con la finca Cayajaca; donde se descubre el residuario Cayajaca I.
En el mes de enero de 1983 es hallado el sitio Guayos por Santiago Silva García, director de la mencionada agrupación; al encontrar accidentalmente en la superficie del terreno un artefacto de piedra de inequívoca factura aborigen.
La incursión al arroyo Seibacoa por Orlando Álvarez y Luis E. Benavides -en marzo de ese año- permite detectar dos áreas habitacionales en el sitio que denominaran Seibacoa I; donde se reune abundante material de piedra tallada y algunos percutores líticos. En igual fecha, Orlando Álvarez -ampliando las exploraciones en el Seibacoa- detecta el residuario Seibacoa II.
En julio del propio año -el mismo investigador- recopila una esfera lítica, percutores y herramientas de piedra tallada durante los trabajos de campo realizados en zonas aledañas a la elevación mogótica de los Morros de Neiva. El área habitacional es denominada como sitio arqueológico Neiva.
Uno de los asentamientos de mayor magnitud y de relevante importancia para la arqueología aborigen del territorio de Cabaiguán, lo constituye el descubrimiento del sitio Las Damas I, por los investigadores Santiago Silva, Hiraldo Rojas y Orlando Álvarez el 9 de septiembre de 1983; cuando visitan un sector del entorno de la sierra del mismo nombre, en las proximidades del río Zaza.
Las exploración del abrigo rocoso de los Morros de Neiva -realizada el 24 de febrero de 1984 por Orlando Álvarez, Santiago Silva y Luis E. Benavides- permite detectar las áreas ocupacionales al aire libre y en solapas del asentamiento que llaman los Morros de Neiva.
En una visita al sur de la finca Cayajaca -en febrero de 1984- Orlando Álvarez, Santiago Silva y Leonardo Rojas acopian escasos materiales líticos en superficie y le asignan al sitio el nombre de Cayajaca II.
Otras tres áreas de asentamiento son halladas durante ese mismo año. En marzo, Hiraldo Rojas localiza Neiva Viejo, al obtener la información brindada por un campesino de la zona que había encontrado varios fragmentos de cerámica en ese lugar. Al siguiente mes, Rojas descubre y hace las primeras recolecciones en El Crisol, donde resulta de gran interés el hallazgo de abundante material de piedra en volumen y tallada, entre el que resalta una lámina-cuchillo elaborada en caliza silicificada de tradiciones paleolíticas tempranas. En ese mismo mes, los integrantes del Caonao Andrés Ramos y Leonardo Rojas, hacen el reporte del asentamiento Cruz de Neiva, con un reducido lote de piezas correspondientes a materiales líticos.
foto 1.-miembros del Caonao
en el sitio El Crisol.
La primera investigación arqueológica en el término municipal de Cabaiguán, posterior al descubrimiento de Fernando García y Grave de Peralta, a finales del siglo XIX -mencionado con anterioridad- la constituye el Estudio del residuario de Neiva Viejo, de Silva y Álvarez (3).
El 24 de julio de 1985, Santiago Silva y Orlando Álvarez -en una exploración al río Zaza- encuentran en una extensión de terreno de 700 metros cuadrados, aproximadamente, la presencia en superficie de piedra tallada y en volumen. En esa oportunidad nombran al lugar como sitio La Larga I.
Entre los días 2 y 3 de agosto de 1986 se explora parte de la margen derecha del río Calabazas, específicamente el tramo comprendido entre el puente situado en la carretera central y el sitio El Crisol. En dicha incursión participan Juan Carlos López, Leonardo Rojas, Santiago Silva y Orlando Álvarez. En esa ocasión se detectan los yacimientos arqueológicos de La Lima y San José; además de evidencias aisladas en la margen derecha del río Piedra.
Aproximadamente una semana después -entre los días 12 y 16 de agosto de 1986- se visitan algunos sitios en compañía del eminente antropólogo cubano Dr. Manuel Rivero de la Calle. El martes 12 visitan el sitio Los Morros de Neiva; donde se aprecian detalles de las diferentes áreas ocupacionales. Luego, el jueves 14, se explora Las Damas I y se recogen un total de 817 piezas; entre las que se destacan algunos artefactos de la industria de la piedra tallada y en volumen. Al día siguiente -en Neiva Viejo- consiguen reunir 171 evidencias de sílex, 4 percutores y 54 fragmentos de cerámica aborigen. Las visitas les permiten valorar la riqueza arqueológica de los lugares recorridos y se señala la necesidad de la profundización en los estudios de sus conjuntos herramentales.
foto 2.-con el Dr. Manuel Rivero de la Calle
en los sitios de Cruz de Neiva
foto 3.-limpieza y catalogación de
evidencias en el sitio Neiva Viejo
En noviembre de 1987, Santiago Silva, Antonio Hernández y Alec Silva, descubren las primeras evidencias de un importante asentamiento llamado La Aurora; que aparece ubicado a 700 m de la citada localidad, a 450 m de la margen izquierda del río Tuinucú y a sólo 160 m del arroyo Cayajaca. La Aurora se convierte en el único sitio donde aparecen artefactos de concha de forma significativa; además de un conjunto herramental de piedra en volumen y tallada relevante, dentro del grupo de comunidades aborígenes reportadas hasta ese momento.
foto 4.-en el sitio La Aurora con el
personal del museo de Cabaiguán.
El 2 de enero de 1988 Orlando Álvarez, Leonardo Rojas y Andrés Ramos supervisan 12 km en la zona comprendida entre los residuarios indios de Las Damas I y El Crisol. La ruta investigada abarca la margen derecha del río Zaza y se remonta por el Calabazas hasta el charco de El Crisol. En esta ocasión realizan nuevas recolecciones en Las Damas I y descubren tres nuevas localidades: la primera en la finca La Zarosa, con escaso número de muestras; la segunda, El Saltadero, donde el por ciento de indicios es superior en cantidad y calidad; así como se destaca la existencia de algunas evidencias indocubanas fuera de contexto entre uno y otro asentamiento y la tercera el hallazgo del sitio El Tejar, localizado a 600 m al norte-noreste del poblado de Cuatro Esquinas de Neiva y a 110 m de la margen derecha del río Calabazas, y a la vez distante 1,3 km de su desembocadura en el Zaza.
En enero de 1988 Andrés Ramos agrupa los primeros materiales del sitio que nombra Tres Palmas I. Las muestras observadas en superficie comprenden las industrias de la concha, la de piedra en volumen y tallada, restos alimenticios y cerámica.
El estudio de la muestra herramental de Seibacoa I -realizado en marzo de 1988- constituye la primera indagación conjunta desarrollada por investigadores del Departamento de Arqueología del Centro de Antropología del Ministerio de Ciencia y tecnología y del grupo Caonao.
Los resultados más notables se publican en el periódico Escambray del 29 de marzo de 1988.
Llegado 1989 se recorren nuevamente las márgenes del río Zaza, en el tramo comprendido entre los poblados de Potrerillo y Tanques de Sabanilla (7 km); así como desde La Trinchera hasta el sitio La Luisa (6 km) por las márgenes del Tuinucú, afluente este último del primero. También se montan dos exposiciones indocubanas: una en el Instituto Preuniversitario "Israel Reyes Zayas" y la otra en La Aurora, municipio Cabaiguán.
Es entonces -tras ocho años de trabajos arqueológicos- efectuados hasta ese momento en el territorio, que sale a la luz en 1989 una importante investigación titulada:"Las culturas aborígenes del municipio de Cabaiguán, provincia de Sancti-Spiritus"; donde se reporta el descubrimiento de quince áreas o yacimientos arqueológicos y se ofrecen criterios acerca de sus conjuntos herramentales. En el propio año también se da a conocer por los investigadores del Departamento de Antropología del CITMA el estudio de "Generalidades económicas y culturales de la región arqueológica de Cabaiguán, provincia de Sancti-Spiritus" (5).
Otra de las oportunidades en que el trabajo que se venía desarrollando se da a conocer fue la celebración del Congreso Internacional 50 Aniversario de la Sociedad Espeleológica de Cuba, celebrado en enero de 1990; donde se presenta la ponencia "Atlas arqueológico de las comunidades aborígenes del municipio de Cabaiguán, provincia de Sancti-Spiritus" (6).
El trabajo "Reconstrucción arqueo-ecológica preliminar del medio físico-biológico en que habitaron las culturas aborígenes de Cabaiguán", de Hernández y Rojas, (1990), consigue demostrar que el hombre precolombino extrae del medio natural los recursos materiales necesarios para subsistir en este territorio.
Es por esta época también en que aparece un material de apoyo para el conocimiento de la historia local; en el cual -partiendo del estudio de las herramientas de cada uno de los residuarios aborígenes realizado por el grupo Caonao (8)- se resumen las características fundamentales de las culturas aborígenes de la localidad, los sitios descubiertos, el ajuar, las actividades económicas y otros aspectos de interés; cuyo material contribuye a la divulgación de las actividades que realiza el museo municipal de Cabaiguán.
Los artefactos de concha del sitio arqueológico La Aurora son investigados por Silva y Orlando en marzo de 1990. Partiendo de allí, concluye que otras partes de la concha se emplean para la construcción de herramientas ya tradicionales tipológicamente. Las modificaciones tecnológicas en algunas de las piezas responden a las propias necesidades derivadas de la escasez de materia prima (9).
Por otro lado, Orlando Álvarez (10), en ese propio año 1990, reporta nueve enclaves indios en la zona de Tres Palmas, al recolectar evidencias de la industria de la piedra tallada y en volumen; así como un número importante de piezas aisladas. Es por ello que señala a esa zona como de interés arqueológico, pues sobre la misma no se tenían reportes tan interesantes hasta ese momento.
Entre el 27 de febrero y el 3 de mayo de 1991, miembros del grupo ejecutan un importante número de exploraciones en el municipio, con el objetivo de localizar posibles asentamientos aborígenes en aquellos lugares donde hasta la fecha no se habían reportado. Es el propio 27 de febrero cuando Silva y Leonardo descubren La Yamagua; luego -el 1 de marzo- Silva da a conocer El Guajén; el día 21, Andrés Ramos recoge evidencias en el Bombino; para el 29, Silva y Leonardo notifican en Dos Ríos el sitio Cayajaca III y el 3 de mayo Silva descubre La Campana.
La recolección de más de 82 gubias de concha les permite a Silva y Álvarez, en 1991 (11), realizar un análisis tecnotipológico de esas piezas en el sitio La Aurora. Realizado el trabajo, refieren -analíticamente- los tipos de fracturas presentes, originadas durante su intervención en el proceso de trabajo; además de señalar aspectos referidos a técnicas constructivas y parámetros métricos.
En 1991, Santiago Silva y otros investigadores, en su ponencia "El período de las comunidades aborígenes de Cuba. Aspectos socio-económicos de los grupos establecidos en Cabaiguán" (12) dan a conocer la reconstrucción paleogeográfica, el medio ambiente, las áreas ocupacionales, la toponimia, el desarrollo socioeconómico, la adaptación del hombre a los diferentes ecosistemas y su influencia en los reajustes de sus conjuntos herramentales; de ahi que el material constituye un aporte científico al conocimiento de las comunidades aborígenes que poblaran el territorio de Cabaiguán.
En enero de 1993, Ilena Valdés, Abel Hernández y Orlando Álvarez descubren y reportan un conjunto petroglífico, a cielo abierto, en la loma de La Chicharra; con representaciones de motivos y diseños hasta ese momento atípicos dentro del contexto pictográfico y petroglífico aborigen de la provincia de Sancti-Spiritus.
En 1996, Álvarez, Rojas y Silva analizan la tecnotipología y funcionalidad estimada de la piedra en volumen de La Aurora. Los resultados permiten plantear la posibilidad de que los aborígenes que habitaron este sitio desarrollaran una agricultura independiente de la observada en los grupos agricultores-ceramistas de Cuba. Dicho planteamiento cobra fuerza al encontrarse con un conjunto artefactual de trituración y molienda, compuesto por lajas molederas. majadores y trituradores, que denotan una fuerte tradición en la elboración y uso de estos útiles (13).
Al año siguiente, el conjunto herramental de piedra tallada del mismo asentamiento es investigado por Álvarez.
En 1998 se descubre en la loma de Gabino -cercana al poblado de Guayos- la cueva de La Tinaja y se le estudia. A través del análisis de los restos óseos hallados y de algunos elementos culturales, se intenta una interpretación preliminar de los aspectos socioculturales relativos al grupo asentado. Este constituye el primer hallazgo de una cueva habitacional-funeraria en el municipio (14).
Una ampliación de los conocimientos relacionados con la cerámica del neolítico es acometida por Santiago Silva, Reynaldo Pérez Jiménez y Leonel Delgado Ceballos en 1998. Para ello describen, analizan y comparan las características tecnotipológicas de la cerámica de los sitios Neiva Viejo, Tres Palmas I y Las Damas II. Se hace evidente entonces la presencia de comunidades neolíticas incipientes, con cierto dominio de la alfarería. Esta característica rompe con las particularidades de los asentamientos localizados en Canímar y Cayo Jorajuría en Matanzas, en cuanto a la industria de la alfarería, pero coincide con la de los sitios Arroyo del Palo y Mejías, en Holguín y el de Birama, en Trinidad, provincia de Sancti-Spiritus (15).
En el año 2000 se dan a conocer los resultados de las investigaciones realizadas en el conjunto petroglifo, a cielo abierto, de la loma de La Chicharra, que como se mencionó con anterioridad, fue descubierta en 1993.
En el año 2003, entre los meses de enero a agosto, Orlando Alvarez realiza trabajos de campo en la localidad de La Redonda y allí -gracias al reporte que hiciera el campesino Taurino Francisco Pérez Pérez, conocido como Pancho Rutina y sus familiares más allegados- recogen un interesante conjunto evidencial en los residuarios denominados por él como La Redonda I y La Redonda II. En ese mismo año Orlando Álvarez visita y explora los asientos indios La Larga I y II; este último dado a conocer por el campesino Jesús Guerra Rodríguez, apodado Dulce Guerra; quien gustosamente colabora y aporta un grupo de piezas y datos de interés sobre la distribución espacial de las muestras recogidas en su finca. Además, en el período en cuestión, el mencionado investigador reune piezas en los residuales de La Pelá y lleva a cabo el análisis tecnotipológico de sus conjuntos herramentales.
foto 5.-el campesino Taurino muestra
evidencias encontradas en La Redonda I.
foto 6.- Jesús Guerra muestra
evidencias de La Larga II.
A pesar de lo expuesto hasta el momento, aún quedan áreas de interés en el territorio de Cabaiguán que permanecen sin explorar desde el punto de vista arqueológico. Tomando en cuenta esta consideración, puede señalarse la posibilidad de que en el futuro se localice un grupo importante de sitios de habitación aborigen.
El estudio de los ajuares de estos yacimientos permitirá enriquecer los conocimientos vinculados con la vida, la cultura material y la cultura espiritual de los primeros habitantes de esta región. Ello se sumaría a la extraordinaria labor de investigación científica que desarrolló el grupo Caonao, de la Sociedad Espeleológica de Cuba; que descubrió, investigó y dió a conocer la riqueza arqueológica del municipio Cabaiguanence y de la provincia espirituana en general.
"Cronología de las investigaciones arqueológicas", constituye un acápite sin antecedentes dentro de los estudios aborígenes en el territorio. Por estas razones significa un valioso e inestimable aporte sobre el período de las comunidades aborígenes de la región arqueológica que se viene tratando.
NOTAS Y REFERENCIAS.-
(1) José Álvarez Conde: Revisión indoarqueológica de la provincia de Las Villas, p. 133.
(2) Ibídem, p. 133.
(3) Santiago Silva García, Orlando Álvarez de la Paz: Sitio arqueológico Neiva Viejo, 1984.
(4) Santiago Silva García, Orlando Álvarez de la Paz, Abel Hernández Muñoz, Leonardo Rojas Pérez y otros: Las culturas aborígenes del municipio Cabaiguán, provincia Sancti-Spiritus, 1989.
(5) Pedro Pablo Godo y Santiago Silva García: Generalidades económicas y culturales de la región arqueológica de Cabaiguán, provincia de Sancti-Spiritus, 1989.
(6) Santiago Silva García, María B. Cruz, Orlando Álvarez de la Paz, Abel Hernández Muñoz y otros: Atlas arqueológico de las comunidades aborígenes del municipio de Cabaiguán, provincia de Sancti-Spiritus, p. 20.
(7) Abel Hernández Muñoz y Leonardo Rojas Pérez: Reconstrucción arqueo-ecológica preliminar del medio físico-biológico en que habitaron las culturas aborígenes de Cabaiguán, p. 6.
(8) Santiago Silva garcía , Orlando Álvarez de la Paz y Antonio Hernández Pérez: Las culturas aborígenes del municipio Cabaiguán, material de apoyo para el conocimiento de la historia local, 1990.
(9) Santiago Silva garcía y Orlando Álvarez de la paz: Artefactos de concha del sitio arqueológico aborigen La Aurora, Cabaiguán, provincia de Sancti-spiritus, 1990.
(10) Orlando Álvarez de la Paz: Tres Palmas. Nuevas localidades arqueológicas, 1990.
(11) Santiago Silva García y Orlando Álvarez de la Paz: Particularidades de las gubias del sitio La Aurora, 1991.
(12) Santiago Silva García. Orlando Álvarez de la Paz. Abel Hernámdez Muñoz, Leonardo Rojas Pérez y otros: El período de las comunidades aborígenes de Cuba. Aspectos socio-económicos de los grupos establecidos en Cabaiguán, 1991.
(13) Orlando Álvarez de la Paz, Leonardo Rojas Pérez y Santiago Silva García: Tecnología y funcionalidad estimada. Consideraciones sobre la industria de la piedra en volumen del mesolítico medio de La Aurora, en la provincia de Sancti-Spiritus, p. 12.
(14) Santiago Silva García, Abel Hernández Muñoz, Ileana Valdés y María B. Cruz. Sitio cueva de La Tinaja, Loma de Gabino, Guayos, Cabaiguán, 1998.
(15) Santiago Silva García, Reynaldp Pérez Jiménez y Leonel Delgado Ceballos: La cerámica del neolítico incipiente del territorio de Cabaiguán, Región Central de Cuba, 1998.
BIBLIOGRAFIA.-
Álvarez de la Paz, Orlando y Santiago Silva García (2005): Los aborígenes en Cabaiguán, editorial Luminaria, Sancti-Spiritus,Cuba.
copyright: Orlando Álvarez de la Paz
Santiago Silva garcía
Esta obra es publicada bajo una licencia Creative Commons.
email: aguilasdeanaga@gmail.com
Los primeros informes relacionados con hallazgos arqueológicos en el municipio de Cabaiguán, son expuestos de la manera siguiente por Fernando García y Grave de Peralta -citado por José Alvarez Conde (1)- como resultado de sus excursiones arqueológicas a finales del siglo XIX en la prefectura de Neiva:
[...] Fernando García y Grave de Peralta [...] localizó en Neiva, término de Cabaiguán, cerca de la ciudad de Sancti-Spiritus, fragmentos de vasijas de barro y de hachas petaloides.*
En julio de 1960, el arqueólogo José Álvarez Conde visita la zona de Neiva con el propósito de localizar el lugar de los hallazgos de Fernando García y Grave de Peralta, pero los resultados son infructuosos (2).
Rogelio Concepción, historiador de la localidad, ubica el asentamiento indio de Cabaiguán en un punto próximo a la elevación conocida como loma de la Campana; donde -hasta el presente- no han sido localizadas las evidencias materiales, a pesar de las exploraciones realizadas con este propósito.
A partir de 1982, miembros del grupo Espeleoarqueológico Caonao -de la Sociedad Espeleológica de Cuba- llevan a cabo múltiples exploraciones que propician el descubrimiento de un considerable número de sitios arqueológicos y de evidencias aisladas, que constituyen la base de profundas investigaciones; llevadas a cabo para dar a conocer la riqueza arqueológica del municipio.
El primer reporte se produce en octubre de 1982, por Hiraldo Rojas; miembro del grupo Caonao, durante la exploraciones efectuadas en las proximidades del río Tuinucú, específicamente en los límites con la finca Cayajaca; donde se descubre el residuario Cayajaca I.
En el mes de enero de 1983 es hallado el sitio Guayos por Santiago Silva García, director de la mencionada agrupación; al encontrar accidentalmente en la superficie del terreno un artefacto de piedra de inequívoca factura aborigen.
La incursión al arroyo Seibacoa por Orlando Álvarez y Luis E. Benavides -en marzo de ese año- permite detectar dos áreas habitacionales en el sitio que denominaran Seibacoa I; donde se reune abundante material de piedra tallada y algunos percutores líticos. En igual fecha, Orlando Álvarez -ampliando las exploraciones en el Seibacoa- detecta el residuario Seibacoa II.
En julio del propio año -el mismo investigador- recopila una esfera lítica, percutores y herramientas de piedra tallada durante los trabajos de campo realizados en zonas aledañas a la elevación mogótica de los Morros de Neiva. El área habitacional es denominada como sitio arqueológico Neiva.
Uno de los asentamientos de mayor magnitud y de relevante importancia para la arqueología aborigen del territorio de Cabaiguán, lo constituye el descubrimiento del sitio Las Damas I, por los investigadores Santiago Silva, Hiraldo Rojas y Orlando Álvarez el 9 de septiembre de 1983; cuando visitan un sector del entorno de la sierra del mismo nombre, en las proximidades del río Zaza.
Las exploración del abrigo rocoso de los Morros de Neiva -realizada el 24 de febrero de 1984 por Orlando Álvarez, Santiago Silva y Luis E. Benavides- permite detectar las áreas ocupacionales al aire libre y en solapas del asentamiento que llaman los Morros de Neiva.
En una visita al sur de la finca Cayajaca -en febrero de 1984- Orlando Álvarez, Santiago Silva y Leonardo Rojas acopian escasos materiales líticos en superficie y le asignan al sitio el nombre de Cayajaca II.
Otras tres áreas de asentamiento son halladas durante ese mismo año. En marzo, Hiraldo Rojas localiza Neiva Viejo, al obtener la información brindada por un campesino de la zona que había encontrado varios fragmentos de cerámica en ese lugar. Al siguiente mes, Rojas descubre y hace las primeras recolecciones en El Crisol, donde resulta de gran interés el hallazgo de abundante material de piedra en volumen y tallada, entre el que resalta una lámina-cuchillo elaborada en caliza silicificada de tradiciones paleolíticas tempranas. En ese mismo mes, los integrantes del Caonao Andrés Ramos y Leonardo Rojas, hacen el reporte del asentamiento Cruz de Neiva, con un reducido lote de piezas correspondientes a materiales líticos.
foto 1.-miembros del Caonao
en el sitio El Crisol.
La primera investigación arqueológica en el término municipal de Cabaiguán, posterior al descubrimiento de Fernando García y Grave de Peralta, a finales del siglo XIX -mencionado con anterioridad- la constituye el Estudio del residuario de Neiva Viejo, de Silva y Álvarez (3).
El 24 de julio de 1985, Santiago Silva y Orlando Álvarez -en una exploración al río Zaza- encuentran en una extensión de terreno de 700 metros cuadrados, aproximadamente, la presencia en superficie de piedra tallada y en volumen. En esa oportunidad nombran al lugar como sitio La Larga I.
Entre los días 2 y 3 de agosto de 1986 se explora parte de la margen derecha del río Calabazas, específicamente el tramo comprendido entre el puente situado en la carretera central y el sitio El Crisol. En dicha incursión participan Juan Carlos López, Leonardo Rojas, Santiago Silva y Orlando Álvarez. En esa ocasión se detectan los yacimientos arqueológicos de La Lima y San José; además de evidencias aisladas en la margen derecha del río Piedra.
Aproximadamente una semana después -entre los días 12 y 16 de agosto de 1986- se visitan algunos sitios en compañía del eminente antropólogo cubano Dr. Manuel Rivero de la Calle. El martes 12 visitan el sitio Los Morros de Neiva; donde se aprecian detalles de las diferentes áreas ocupacionales. Luego, el jueves 14, se explora Las Damas I y se recogen un total de 817 piezas; entre las que se destacan algunos artefactos de la industria de la piedra tallada y en volumen. Al día siguiente -en Neiva Viejo- consiguen reunir 171 evidencias de sílex, 4 percutores y 54 fragmentos de cerámica aborigen. Las visitas les permiten valorar la riqueza arqueológica de los lugares recorridos y se señala la necesidad de la profundización en los estudios de sus conjuntos herramentales.
foto 2.-con el Dr. Manuel Rivero de la Calle
en los sitios de Cruz de Neiva
foto 3.-limpieza y catalogación de
evidencias en el sitio Neiva Viejo
En noviembre de 1987, Santiago Silva, Antonio Hernández y Alec Silva, descubren las primeras evidencias de un importante asentamiento llamado La Aurora; que aparece ubicado a 700 m de la citada localidad, a 450 m de la margen izquierda del río Tuinucú y a sólo 160 m del arroyo Cayajaca. La Aurora se convierte en el único sitio donde aparecen artefactos de concha de forma significativa; además de un conjunto herramental de piedra en volumen y tallada relevante, dentro del grupo de comunidades aborígenes reportadas hasta ese momento.
foto 4.-en el sitio La Aurora con el
personal del museo de Cabaiguán.
El 2 de enero de 1988 Orlando Álvarez, Leonardo Rojas y Andrés Ramos supervisan 12 km en la zona comprendida entre los residuarios indios de Las Damas I y El Crisol. La ruta investigada abarca la margen derecha del río Zaza y se remonta por el Calabazas hasta el charco de El Crisol. En esta ocasión realizan nuevas recolecciones en Las Damas I y descubren tres nuevas localidades: la primera en la finca La Zarosa, con escaso número de muestras; la segunda, El Saltadero, donde el por ciento de indicios es superior en cantidad y calidad; así como se destaca la existencia de algunas evidencias indocubanas fuera de contexto entre uno y otro asentamiento y la tercera el hallazgo del sitio El Tejar, localizado a 600 m al norte-noreste del poblado de Cuatro Esquinas de Neiva y a 110 m de la margen derecha del río Calabazas, y a la vez distante 1,3 km de su desembocadura en el Zaza.
En enero de 1988 Andrés Ramos agrupa los primeros materiales del sitio que nombra Tres Palmas I. Las muestras observadas en superficie comprenden las industrias de la concha, la de piedra en volumen y tallada, restos alimenticios y cerámica.
El estudio de la muestra herramental de Seibacoa I -realizado en marzo de 1988- constituye la primera indagación conjunta desarrollada por investigadores del Departamento de Arqueología del Centro de Antropología del Ministerio de Ciencia y tecnología y del grupo Caonao.
Los resultados más notables se publican en el periódico Escambray del 29 de marzo de 1988.
Llegado 1989 se recorren nuevamente las márgenes del río Zaza, en el tramo comprendido entre los poblados de Potrerillo y Tanques de Sabanilla (7 km); así como desde La Trinchera hasta el sitio La Luisa (6 km) por las márgenes del Tuinucú, afluente este último del primero. También se montan dos exposiciones indocubanas: una en el Instituto Preuniversitario "Israel Reyes Zayas" y la otra en La Aurora, municipio Cabaiguán.
Es entonces -tras ocho años de trabajos arqueológicos- efectuados hasta ese momento en el territorio, que sale a la luz en 1989 una importante investigación titulada:"Las culturas aborígenes del municipio de Cabaiguán, provincia de Sancti-Spiritus"; donde se reporta el descubrimiento de quince áreas o yacimientos arqueológicos y se ofrecen criterios acerca de sus conjuntos herramentales. En el propio año también se da a conocer por los investigadores del Departamento de Antropología del CITMA el estudio de "Generalidades económicas y culturales de la región arqueológica de Cabaiguán, provincia de Sancti-Spiritus" (5).
Otra de las oportunidades en que el trabajo que se venía desarrollando se da a conocer fue la celebración del Congreso Internacional 50 Aniversario de la Sociedad Espeleológica de Cuba, celebrado en enero de 1990; donde se presenta la ponencia "Atlas arqueológico de las comunidades aborígenes del municipio de Cabaiguán, provincia de Sancti-Spiritus" (6).
El trabajo "Reconstrucción arqueo-ecológica preliminar del medio físico-biológico en que habitaron las culturas aborígenes de Cabaiguán", de Hernández y Rojas, (1990), consigue demostrar que el hombre precolombino extrae del medio natural los recursos materiales necesarios para subsistir en este territorio.
Es por esta época también en que aparece un material de apoyo para el conocimiento de la historia local; en el cual -partiendo del estudio de las herramientas de cada uno de los residuarios aborígenes realizado por el grupo Caonao (8)- se resumen las características fundamentales de las culturas aborígenes de la localidad, los sitios descubiertos, el ajuar, las actividades económicas y otros aspectos de interés; cuyo material contribuye a la divulgación de las actividades que realiza el museo municipal de Cabaiguán.
Los artefactos de concha del sitio arqueológico La Aurora son investigados por Silva y Orlando en marzo de 1990. Partiendo de allí, concluye que otras partes de la concha se emplean para la construcción de herramientas ya tradicionales tipológicamente. Las modificaciones tecnológicas en algunas de las piezas responden a las propias necesidades derivadas de la escasez de materia prima (9).
Por otro lado, Orlando Álvarez (10), en ese propio año 1990, reporta nueve enclaves indios en la zona de Tres Palmas, al recolectar evidencias de la industria de la piedra tallada y en volumen; así como un número importante de piezas aisladas. Es por ello que señala a esa zona como de interés arqueológico, pues sobre la misma no se tenían reportes tan interesantes hasta ese momento.
Entre el 27 de febrero y el 3 de mayo de 1991, miembros del grupo ejecutan un importante número de exploraciones en el municipio, con el objetivo de localizar posibles asentamientos aborígenes en aquellos lugares donde hasta la fecha no se habían reportado. Es el propio 27 de febrero cuando Silva y Leonardo descubren La Yamagua; luego -el 1 de marzo- Silva da a conocer El Guajén; el día 21, Andrés Ramos recoge evidencias en el Bombino; para el 29, Silva y Leonardo notifican en Dos Ríos el sitio Cayajaca III y el 3 de mayo Silva descubre La Campana.
La recolección de más de 82 gubias de concha les permite a Silva y Álvarez, en 1991 (11), realizar un análisis tecnotipológico de esas piezas en el sitio La Aurora. Realizado el trabajo, refieren -analíticamente- los tipos de fracturas presentes, originadas durante su intervención en el proceso de trabajo; además de señalar aspectos referidos a técnicas constructivas y parámetros métricos.
En 1991, Santiago Silva y otros investigadores, en su ponencia "El período de las comunidades aborígenes de Cuba. Aspectos socio-económicos de los grupos establecidos en Cabaiguán" (12) dan a conocer la reconstrucción paleogeográfica, el medio ambiente, las áreas ocupacionales, la toponimia, el desarrollo socioeconómico, la adaptación del hombre a los diferentes ecosistemas y su influencia en los reajustes de sus conjuntos herramentales; de ahi que el material constituye un aporte científico al conocimiento de las comunidades aborígenes que poblaran el territorio de Cabaiguán.
En enero de 1993, Ilena Valdés, Abel Hernández y Orlando Álvarez descubren y reportan un conjunto petroglífico, a cielo abierto, en la loma de La Chicharra; con representaciones de motivos y diseños hasta ese momento atípicos dentro del contexto pictográfico y petroglífico aborigen de la provincia de Sancti-Spiritus.
En 1996, Álvarez, Rojas y Silva analizan la tecnotipología y funcionalidad estimada de la piedra en volumen de La Aurora. Los resultados permiten plantear la posibilidad de que los aborígenes que habitaron este sitio desarrollaran una agricultura independiente de la observada en los grupos agricultores-ceramistas de Cuba. Dicho planteamiento cobra fuerza al encontrarse con un conjunto artefactual de trituración y molienda, compuesto por lajas molederas. majadores y trituradores, que denotan una fuerte tradición en la elboración y uso de estos útiles (13).
Al año siguiente, el conjunto herramental de piedra tallada del mismo asentamiento es investigado por Álvarez.
En 1998 se descubre en la loma de Gabino -cercana al poblado de Guayos- la cueva de La Tinaja y se le estudia. A través del análisis de los restos óseos hallados y de algunos elementos culturales, se intenta una interpretación preliminar de los aspectos socioculturales relativos al grupo asentado. Este constituye el primer hallazgo de una cueva habitacional-funeraria en el municipio (14).
Una ampliación de los conocimientos relacionados con la cerámica del neolítico es acometida por Santiago Silva, Reynaldo Pérez Jiménez y Leonel Delgado Ceballos en 1998. Para ello describen, analizan y comparan las características tecnotipológicas de la cerámica de los sitios Neiva Viejo, Tres Palmas I y Las Damas II. Se hace evidente entonces la presencia de comunidades neolíticas incipientes, con cierto dominio de la alfarería. Esta característica rompe con las particularidades de los asentamientos localizados en Canímar y Cayo Jorajuría en Matanzas, en cuanto a la industria de la alfarería, pero coincide con la de los sitios Arroyo del Palo y Mejías, en Holguín y el de Birama, en Trinidad, provincia de Sancti-Spiritus (15).
En el año 2000 se dan a conocer los resultados de las investigaciones realizadas en el conjunto petroglifo, a cielo abierto, de la loma de La Chicharra, que como se mencionó con anterioridad, fue descubierta en 1993.
En el año 2003, entre los meses de enero a agosto, Orlando Alvarez realiza trabajos de campo en la localidad de La Redonda y allí -gracias al reporte que hiciera el campesino Taurino Francisco Pérez Pérez, conocido como Pancho Rutina y sus familiares más allegados- recogen un interesante conjunto evidencial en los residuarios denominados por él como La Redonda I y La Redonda II. En ese mismo año Orlando Álvarez visita y explora los asientos indios La Larga I y II; este último dado a conocer por el campesino Jesús Guerra Rodríguez, apodado Dulce Guerra; quien gustosamente colabora y aporta un grupo de piezas y datos de interés sobre la distribución espacial de las muestras recogidas en su finca. Además, en el período en cuestión, el mencionado investigador reune piezas en los residuales de La Pelá y lleva a cabo el análisis tecnotipológico de sus conjuntos herramentales.
foto 5.-el campesino Taurino muestra
evidencias encontradas en La Redonda I.
foto 6.- Jesús Guerra muestra
evidencias de La Larga II.
A pesar de lo expuesto hasta el momento, aún quedan áreas de interés en el territorio de Cabaiguán que permanecen sin explorar desde el punto de vista arqueológico. Tomando en cuenta esta consideración, puede señalarse la posibilidad de que en el futuro se localice un grupo importante de sitios de habitación aborigen.
El estudio de los ajuares de estos yacimientos permitirá enriquecer los conocimientos vinculados con la vida, la cultura material y la cultura espiritual de los primeros habitantes de esta región. Ello se sumaría a la extraordinaria labor de investigación científica que desarrolló el grupo Caonao, de la Sociedad Espeleológica de Cuba; que descubrió, investigó y dió a conocer la riqueza arqueológica del municipio Cabaiguanence y de la provincia espirituana en general.
"Cronología de las investigaciones arqueológicas", constituye un acápite sin antecedentes dentro de los estudios aborígenes en el territorio. Por estas razones significa un valioso e inestimable aporte sobre el período de las comunidades aborígenes de la región arqueológica que se viene tratando.
NOTAS Y REFERENCIAS.-
(1) José Álvarez Conde: Revisión indoarqueológica de la provincia de Las Villas, p. 133.
(2) Ibídem, p. 133.
(3) Santiago Silva García, Orlando Álvarez de la Paz: Sitio arqueológico Neiva Viejo, 1984.
(4) Santiago Silva García, Orlando Álvarez de la Paz, Abel Hernández Muñoz, Leonardo Rojas Pérez y otros: Las culturas aborígenes del municipio Cabaiguán, provincia Sancti-Spiritus, 1989.
(5) Pedro Pablo Godo y Santiago Silva García: Generalidades económicas y culturales de la región arqueológica de Cabaiguán, provincia de Sancti-Spiritus, 1989.
(6) Santiago Silva García, María B. Cruz, Orlando Álvarez de la Paz, Abel Hernández Muñoz y otros: Atlas arqueológico de las comunidades aborígenes del municipio de Cabaiguán, provincia de Sancti-Spiritus, p. 20.
(7) Abel Hernández Muñoz y Leonardo Rojas Pérez: Reconstrucción arqueo-ecológica preliminar del medio físico-biológico en que habitaron las culturas aborígenes de Cabaiguán, p. 6.
(8) Santiago Silva garcía , Orlando Álvarez de la Paz y Antonio Hernández Pérez: Las culturas aborígenes del municipio Cabaiguán, material de apoyo para el conocimiento de la historia local, 1990.
(9) Santiago Silva garcía y Orlando Álvarez de la paz: Artefactos de concha del sitio arqueológico aborigen La Aurora, Cabaiguán, provincia de Sancti-spiritus, 1990.
(10) Orlando Álvarez de la Paz: Tres Palmas. Nuevas localidades arqueológicas, 1990.
(11) Santiago Silva García y Orlando Álvarez de la Paz: Particularidades de las gubias del sitio La Aurora, 1991.
(12) Santiago Silva García. Orlando Álvarez de la Paz. Abel Hernámdez Muñoz, Leonardo Rojas Pérez y otros: El período de las comunidades aborígenes de Cuba. Aspectos socio-económicos de los grupos establecidos en Cabaiguán, 1991.
(13) Orlando Álvarez de la Paz, Leonardo Rojas Pérez y Santiago Silva García: Tecnología y funcionalidad estimada. Consideraciones sobre la industria de la piedra en volumen del mesolítico medio de La Aurora, en la provincia de Sancti-Spiritus, p. 12.
(14) Santiago Silva García, Abel Hernández Muñoz, Ileana Valdés y María B. Cruz. Sitio cueva de La Tinaja, Loma de Gabino, Guayos, Cabaiguán, 1998.
(15) Santiago Silva García, Reynaldp Pérez Jiménez y Leonel Delgado Ceballos: La cerámica del neolítico incipiente del territorio de Cabaiguán, Región Central de Cuba, 1998.
BIBLIOGRAFIA.-
Álvarez de la Paz, Orlando y Santiago Silva García (2005): Los aborígenes en Cabaiguán, editorial Luminaria, Sancti-Spiritus,Cuba.
copyright: Orlando Álvarez de la Paz
Santiago Silva garcía
Esta obra es publicada bajo una licencia Creative Commons.
email: aguilasdeanaga@gmail.com
Etiquetas: aborígenes, arqueológica, cronología, descubrimientos, investigaciones
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio