ALGUNOS APUNTES RELACIONADOS CON LAS COMUNIDADES ABORÍGENES DEL TERRITORIO DE SANCTI-SPIRITUS (Cuarta Parte)
Santiago F. Silva García (1)
Orlando Alvarez de la Paz (2)
Reynaldo Pérez Jiménez (3)
(1) Licenciado en Física y Astronomía
Arqueólogo aficionado
(2) Ingeniero Sanidad Vegetal
Arqueólogo aficionado
(3) Licenciado en Historia
Arqueólogo aficionado
ETAPA ECONOMÍA DE PRODUCCIÓN.-
Comunidades con Tradiciones Neolíticas.
De las comunidades neolíticas que se establecieron en nuestro territorio, todas en general corresponden a la fase temprana de la etapa de Economía Productora. Estas comunidades poseían gran homogeneidad cultural y lingüística. Provienen del tronco aruaco, oriundo de América del Sur, en las proximidades del río Orinoco (Venezuela).
Economía. La explotación del medio.-
Al igual que ocurrió con los grupos mesolíticos con tradiciones neolíticas incipientes, en estas comunidades agricultoras-ceramistas se producen dos tipos de asentamientos: los costeros y los mediterráneos. Sin embargo, las actividades económicas subsistenciales de ambos tipos no muestran diferencias notables en lo que a explotación del ecosistema del manglar se refiere; por lo que resulta un rasgo distintivo -en general- la fuerte orientación marina; lo que se infiere a partir del análisis e identificación de los restos alimenticios presentes en los sitios de habitación.
A pesar de que la agricultura -centrada en el cultivo de la yuca amarga para la producción del cazabe- constituía la actividad económica fundamental, puede advertirse que la pesca, tanto marina como fluvial, ocupó un lugar relevante como proveedora de alimentos. Dicho fenómeno es destacable para las comunidades que se establecieron en Toma de Agua (La Sierpe), Río Cañas (Trinidad) y algunas del norte de Yaguajay. Sin embargo, en otros emplazamientos como por ejemplo La Nata (Jatibonico), es atribuible una dependencia mayor del cultivo agrícola y un equilibrio sustancial entre el resto de las actividades subsistenciales; cuestión que se infiere por la frecuencia de restos de dieta, fragmentos de hachas petaloides y de burenes presentes en el sitio.
En las actividades de pesca es destacable en estas comunidades el empleo de redes y de corrales, estos últimos generalmente en zonas del litoral de ambas costas. Todo ello es entendible por la presencia tanto de sumergidores de redes; así como de abundantes vértebras de lisa.
Otras especies de peces que también figuran entre los capturados por diferentes métodos fueron: la cubera, el sábalo, pargo, róbalo y la barracuda; además de otros peces fluviales (Silva, et all., 1988)(1).
La actividad de recolección se llevaba a cabo con diversos objetivos: colectas de moluscos (marinos, fluviales y terrestres), huevos de aves y quelonios; además tortugas y crustáceos.
La recogida de frutos y tubérculos no debía estar excenta dentro de las actividades recolectoras, como indudablemente no lo están tampoco el acarreo y obtención de materias primas para el funcionamiento de las diferentes industrias (arcilla, concha, material lítico, etc.).
La permanencia de estas comunidades próxima a las márgenes de ríos importantes como el Zaza, el Jatibonico, Las Cañas -entre otros-, posibilitaba el desplazamiento de éstas desde el interior hasta la zona costera y viceversa; por lo que el empleo de canoas como medio de transporte se hacía imprescindible.
La explotación del medio se hacía viable a través del empleo de un conjunto artefactual que les proveía de todo lo necesario para la subsistencia de estas comunidades, a la vez que la actividad productiva permitía un mayor nivel de sedentarización.
Técnicas de manufactura y tecnología.-
Con la aplicación de técnicas de lascado y desbatación a partir del peking (picoteo), la superficie de los artefactos líticos recibían finalmente una pulimentación tal que aparecieron y se desarrollaron de manera óptima actividades nuevas muy productivas como la tumba o desbroce de monte, necesaria para el trabajo agrícola.
Entre los útiles de trabajo de estas comunidades se pueden citar: hachas petaloides, majadores, morteros, manos de morteros, buriles destraliformes, pulidores, desbastadores, sumergidores de redes, entre otros.
Con la aparición de nuevos implementos de trabajo, se produce paralelamente una desespecialización en la industria de piedra tallada. Estos implementos de trabajo se destinan mayormente para labores de tipo doméstico, principalmente la preparación de alimentos y trabajos de precisión en materiales de cierta dureza (piedra, hueso, concha y madera). Sin embargo, existen asentamientos de estos agricultores-ceramistas en el territorio de Sancti-Spiritus -entre los que figuran, en primer lugar, Toma de Agua-; donde se aprecian grupos de herramientas cuyas características tecnológicas se asemejan grandemente a las de las industrias preagroalfareras tempranas de Cuba (Febles, et all., 1995)(2).
Objetos elaborados en concha y de uso corporal o mágico-religiosos, entre los que se destacan: cuentas de collares, pendientes e idolillos, junto a otros elementos del ajuar (raspadores, puntas y martillos; conforman esta otra industria no menos importante.
La alfarería, dirigida fundamentalmente a la obtención de vasijas de cerámica de diversas formas y tamaños; además del burén, muestra el destacable papel que jugó junto al resto de las industrias.
La cerámica -en sentido general- se presenta mayormente lisa, mientras que los elementos decorativos consisten en líneas de puntos incisos en un porciento bajo de estos implementos. A pesar de que algunas de estas vasijas evidentemente fueron destinadas a determinados ritos o ceremonias, en su conjunto se observan, ante todo, las características que denotan el papel utilitario o doméstico a que estaba destinada la producción cerámica.
El hallazgo de un pendiente triangular elaborado sobre una fina laminilla de oro durante las prospecciones arqueológicas en el sitio Toma de Agua, denota que el trabajo con metales preciosos por parte de estas comunidades también jugó su papel en la actividad de elboración de objetos de uso corporal. La presencia de estos objetos no es frecuente dentro del ajuar de los asentamientos estudiados en el archipiélago cubano. (Silva y Pérez, 1989)(3).
Aspectos sociales y manifestaciones de la superestructura.-
La sedentarización de estas comunidades, asentadas en la provincia espirituana, está encaminada u orientada a un sistema de explotación intensiva del propio territorio sobre el cual desarrolla sus actividades.
Un modelo mínimo del sistema de asentamientos de las comunidades neolíticas de Cuba implica la existencia de un sitio (poblado) de tierra adentro o de zonas apropiadas para la agricultura y otros asentamientos costeros o de alto índice de actividad apropiadora.
En cada uno de estos poblados debieron existir relaciones de prescripción matrimonial y prohibiciones endogámicas entre los clanes representados en cada localidad. Entre los grupos agricultores, como se deduce de las noticias de los cronistas, existían relaciones de filiación matrilineal, pero la residencia era patrilocal.
La propiedad de los medios de trabajo era personal y en algunos casos la fabricación de estos y de otros bienes era un derecho clánico, familiar o de grupos de sexo.
Las investigaciones actuales sobre las comunidades agricultoras del archipiélago muestran algunos aspectos que si coinciden con las noticias de las crónicas en lo relacionado con la división del trabajo por sexos y edades. (Domínguez, Febles y Rives, op. cit.)
Las actividades de caza y pesca eran realizadas por los hombres, mientras que en la recolección participaban las mujeres y los niños.
En cuanto a las labores agrícolas, la tala de montes, el laboreo de la tierra y la siembra la desarrollaban los hombres. Las mujeres se ocupaba de las cosechas.
En las manos femeninas quedaba además la fabricación del casabe y la confección de la cerámica. A los hombres correspondía también las demás labores industriales.
Manifestaciones mágico-religiosas.-
El culto a los antepasados de ascendencia gentilicia era practicado por estas comunidades neolíticas.
En los enterramientos humanos se colocaban ofrendas funerarias, consistentes en vasijas de cerámica, restos de animales e instrumentos. Esto demuestra la creencia de continuidad de la vida después de la muerte. Dichos entierros se efectuaban en cuevas o cerca de residuarios. Algunos de sus entierros han sido localizados en los territorios de Trinidad y Jatibonico.
Los behiques o hechiceros llevaban a cabo prácticas adivinatorias y actuaban como curanderos de las enfermedades; además de la elaboración de ídolos.
Los cultos a la fertilidad -muy popularizados en la cultura aruaca antillana- se evidencia, por ejemplo, en algunas comunidades como es el caso del asentamiento de Toma de Agua; residuario donde se colectó un pendiente de concha cuyas características gráficas permiten identificar o asociar este objeto con el culto a los jimaguas; culto que posiblemente estaba relacionado en estas comunidades con la fertilidad o fecundidad. Otros artefactos, también elaborados en concha, realmente interesantes han sido colectados en los sitios: Guanayara (Trinidad), Playa Carbó (Yaguajay) y Los Ranchos (Jatibonico). En el primero se reportó u idolillo proyectante y en el segundo una "guaiza", única por sus características hasta ahora reportada para el área antillana (Chirino, et all., 1996)(4); siendo el tercero un colgante de concha con representación zoomorfa (Godo, et all., 2000)(5).
Es frecuente además, para la generalidad de los casos, la elaboración de cuentas y el uso de olivas sonoras en collares y otros objetos de uso corporal.
Se pintaban o decoraban el cuerpo con determinados colorantes minerales, de color rojo o amarillo; obtenidos a partir de la hematita y la limonita.
Referencias.-
(1) Silva, Santiago y colaboradores (1988): Algunas consideraciones sobre la dieta de una comunidad aborigen establecida en las proximidades del río Zaza, Sancti-Spiritus, Cuba (inédito).
(2) Febles, Jorge y colaboradores (1995): Una particularidad de la industria de la piedra tallada del sitio agroalfarero Toma de Agua, Sancti-Spiritus, p10, editorial Academia, La Habana, Cuba.
(3) Silva, Santiago y Reynaldo Pérez (1989): Interpretación figurativa del pendiente de concha del sitio arqueológico aborigen Toma de Agua, La Sierpe, Sancti-Spiritus, Cuba (inédito).
(4) Chirino, José y colaboradores (1996): Estudio de la guaiza del sitio agroalfarero con tradición neolítica, Playa Carbó: una joya del arte prehistórico cubano (inédito).
(5) Godo, Pedro P. y colaboradores (2000): Arqueología de Jatibonico (inédito).
copyright: Santiago F. Silva García
Orlando Alvárez de la Paz
Reynaldo Pérez Jiménez
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