Arqueología Centrosur de Cuba

Se ha escogido la región centro-sur de Cuba como área con la cual estarán vinculados los trabajos, artículos, comentarios o noticias de interés científico; porque hasta hace unos veinte años atrás era la región menos conocida de la isla desde el punto de vista arqueológico.

martes, septiembre 19, 2006

GRAN ASA ANTROPOMORFA DE VASIJA CEREMONIAL DE CERÁMICA

Por: Marcos Evelio Rodríguez Matamoros
Licenciado en Historia e Investigador Agregado
Arqueólogo aficionado

cer cienfuegos
foto# 1.-Detalles asa antropomorfa.

Entre las múltiples expresiones artísticas dejadas por nuestros antepasados aborígenes como evidencias de sus habilidades plásticas, están las asas representativas, con las que decoraban algunos de sus recipientes destinados al ritual. Son conocidas las llamadas asas zoomorfas, las que nos trasmiten la visión que el pueblo taino tenía de muchos de los animales que compartían las prístina naturaleza cubana antes de la llegada de los europeos. Algunos de estos animales eran objeto de veneración por su relación con personajes mitológicos, con tabúes o sus funciones como heraldos de sus dioses.

Otras asas representan personajes y tienen un diseño indiscutiblemente antropomorfo, aunque las hay también antropozoomorfas, en las que animal y ser humano se mezclan para sugerirnos entidades fabulosas; cuyas identificaciones se pierden en las brumas de un pasado del cual no queda información alguna.

Entre las numerosas asas antropomorfas que han sido recuperadas en sitio arqueológicos de la provincia de Cienfuegos, se destaca una cuyas características la convierten en un ejemplar único dentro de la colección de arqueología correspondiente a la sala Comunidad Primitiva del Museo Provincial de Cienfuegos. La misma procede del gran residuario arqueológico de Ojo de Agua, municipio Abreu, en dicha provincia.

DESCRIPCIÓN.-

Uno de los aspectos más impresionantes en este espécimen que es la expresión lograda por la artesana en el rostro del personaje representado, la cual refleja cierta angustia. Sus ojos saltones, reforzados con líneas incisas y la boca de labios ligeramente proyectados hacia adelante, dan la impresión de un personaje asustado, impresionado, asombrado o bien que es presa de una desagradable emoción. Esta apreciación - personal de este autor-, pudiera funfamentarse con el hecho de que la comunidad aborigen donde se produjo esta obra ya había conocido el impacto del encuentro con los conquistadores españoles y sufrido ya, por dicha causa el desarraigo que trajo consigo la obligada servidumbre a la que se vieron sometidos. Evidencias europeas del siglo XVI y de transculturación indohispana recuperadas en el contexto arqueológico de este asentamiento, hablan a favor de esta hipótesis.

Esta gran asa se encontraba adosada al respaldo de un vasija, cuyo fragmento se conserva, incluyendo parte de su borde o labio. Muy cerca de éste hay una perforación de 2 o 3 mm de diámetro, que se corresponde con otra que debió existir al otro lado, coincidente con la fractura de del fragmento, por lo que se conserva todavía su huella. Esto permite inferir que en el lado opuesto del recipiente debieron existir otros dos agujeros similares, simétricamente dispuestos, de manera que la vasija pudiera ser colgada al pasar una cuerda o cabuya a través de los mismos. Este tipo de recipiente es lo que conocemos como vaso efigie votivo, destinado a guardar ofrendas, algún tipo de resguardo o tal vez algún fetiche relacionado con los antepasado; los cuales eran objeto de culto por los aborígenes agroalfareros. Algunos de los cronistas que participaron en los viajes de exploración y conquista de nuestras tierras, dejaron constancia de la presencia dentro de las viviendas aborígenes, de recipientes que colgaban del techo y que contenían huesos humanos, evidentemente pertenecientes a antepasados muy venerados en la comunidad.

De esta manera, aprovechando la plasticidad de la arcilla húmeda, las alfareras aborígenes dieron riendas sueltas a su rica imaginería, legándonos, gracia a la propiedad de la materia prima empleada de adoptar la dureza de la piedra una vez cocinada, importantes testimonios acerca de sus dioses y personajes mitológicos; los cuales, como adosados a las paredes de los recipientes, hacían las veces de guardianes de las ofrendas en ellos colocadas.


Copyright: Marcos E. Rodríguez Matamoros
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e.mail: marcos@azurina.cult.cu



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