Arqueología Centrosur de Cuba

Se ha escogido la región centro-sur de Cuba como área con la cual estarán vinculados los trabajos, artículos, comentarios o noticias de interés científico; porque hasta hace unos veinte años atrás era la región menos conocida de la isla desde el punto de vista arqueológico.

lunes, enero 01, 2007

EL ARCAICO DE CUBA

*Extraido de "Los aborígenes en Cabaiguán", de los autores Orlando Álvarez de la Paz y Santiago F. Silva García, editorial Luminaria (2005), Sancti-Spiritus (Cuba).


DENOMINACIONES APLICADAS .- SITIOS DE HABITACIÓN.

Al abordar las primeras referencias históricas relacionadas con el aborigen arcaico cubano, Felipe Pichardo Moya, señala:
[...] Podemos llamar siboneyes a estos constructores de esferas líticas y gladiolitos, porque según Fray Bartolomé de las Casas, así se llamaban unos indios que vivían en Cuba y eran iguales a los de los Jardines de la Reina y del Rey -en cuya vecindad abundan hoy los caneyes y los implementos antes referidos-, que los españoles encontraron sometidos a la servidumbre por otros venidos de La Española, los cuales se habían apoderado de Cuba y eran sus generales pobladores en tiempo de la colonización (1).

Mark Harrington designa como "Ciboney" al antiguo poblador de nuestra isla que presenta menor grado de desarrollo social. Asimismo, Fernando Ortiz, en su obra Las cuatro culturas indias de Cuba, lo denomina "Cayo Redondo" o "Guanajatabeyes". En 1951 Irving Rouse emplea entonces el término "Ciboney Cayo Redondo".

En la misma fecha, René Herrera Fritot, por acuerdo tomado en la Mesa Redonda de Arqueólogos del Caribe -efectuada en Ciudad de La Habana- utiliza la designación "Complejo II". Pichardo Moya retoma el vocablo "Ciboney" al nombrar a esa cultura. En 1966 Ernesto Tabío y Estrella Rey la denominan "Ciboney Cayo Redondo". No obstante a todas estas denominaciones, en la IV Jornada Nacional de Arqueología, celebrada en Trinidad, provincia de Sancti-Spiritus, Ernesto Tabío expone su proyecto para una nueva periodización cultural de la prehistoria de Cuba; por lo que a partir de ese momento se emplea la designación "Preagroalfarero Tardío", en sustitución de la anterior (2).

Más adelante, en 1986, Guarch -refiriéndose al arcaico de Cuba- denomina a los aborígenes "pescadores-recolectores" y plantea que todos esos cambios progresivos y regresivos experimentados en la denominación dada al arcaico de Cuba, se deben "a que han sido elaborados con diversos conceptos, criterios y grados de conocimientos" (3).

De esas colectividades humanas se han localizado cuarenta y siete yacimientos arqueológicos en el territorio de Cabaiguán. En la mayoría de los asentamientos se han recogido evidencias que se corresponden con las industrias de la piedra tallada y en volumen.

El hallazgo de ajuares vinculados con la industria de la concha y con los restos de dieta -además de las correspondientes industrias de la piedra tallada y en volumen- es una particularidad que se aprecia en dos de los sitios localizados: La Aurora y La Redonda I.

Entre los sitios de habitación del arcaico en Cabaiguán se encuentran: Las Damas I, La Aurora, El Crisol, Seibacoa I, Seibacoa II, El Tejar, La Larga I, Los Morros, Cruz de Neiva, Cayajaca I, Guayos, Neiva, Cayajaca II, Victoria, La Yamagua, El guajén, El Bombino, La Campana, Cayajaca III, La Pachanga, La Lima, San José, Vega del Paso, El Bajío I, El Bajío II, El Bajío III, Tres Palmas II y III, Tres Palmas IV, La Impedimenta, La Pelá I, La Pelá II, La Pelá III, La Pelá IV, La Pelá V, La Pelá VI y VII, Pueblo Nuevo, La Larga II, La Redonda I, La Redonda II, La Tinaja, El Saltadero Iy II, El Estabulado y La Zarosa..

Atendiendo a las características de las tecnologías y tipologías de los conjuntos de herramientas, los yacimientos arqueológicos de Cabaiguán pueden ser divididos en tres variantes fundamentales:
La Variante I.- Se destaca por una industria de la piedra tallada compuesta por herramientas en lascas y una industria laminar tipológicamente bien desarrollada; donde son apreciables elementos tecnológicos y tipológicos del protoarcaico. En los yacimientos de esta variante los tipos de herramientas de la industria de piedra en volumen se manifiestan de manera pobre y la industria queda entonces conformada, fundamentalmente, por cantos rodados, por algunos majadores y también por un bajo índice de frecuencia de las lajas molederas.

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Foto 1.- Herramientas
en guijarros (choping tool),
Las Damas.

La industria de piedra tallada en volúmenes pulidos está representada por un sólo elemento: las esferas líticas, que aparecen con poca frecuencia. Por otro lado, la industria de la concha y los restos de la dieta están ausentes en los registros arqueológicos de estos sitios.

La Variante II.- Incluye los asentamientos donde la piedra tallada es principalmente de lascas, con escasa o ninguna representación de las herramientas y preformas laminares. Para estos grupos los elementos de la piedra en volumen se recolectan en menor magnitud y los elementos de la industria de la concha y los restos de dieta muestran el mismo comportamiento de la variante anterior, o sea, también están ausentes.

La Variante III.- Al parecer más tardía, desarrolla una industria de piedra tallada cuantitativamente numerosa, integrada por ejemplares confeccionados en lascas y donde las preformas y herramientas laminares son poco frecuentes. En estas colectividades las industrias de la piedra en volumen y de la concha alcanzan el mayor desarrollo tecnológico y tipológico que se observa para la región de Cabaiguán. Los restos de la dieta de estas colectividades humanas son abundantes y variados.

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Foto 2.- Muescas clactonienses,
La Aurora.

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Foto 3.-Artefactos de
piedra en volumen, La
Aurora.

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Foto 4.- Artefactos de
concha, La Aurora.

Dentro de la Variante I, señalada con anterioridad, pueden mencionarse como sitios tipo: Seibacoa I, Las Damas I y El Crisol.
En Seibacoa I, a pesar de las diferencias cuantitativas entre las herramientas en lascas y las herramientas en láminas, es notable la mayor representatividad de géneros y tipos en los útiles laminares. Igual comportamiento encontramos en Las Damas I, en lo que se refiere a la presencia de casi la totalidad de los géneros y tipos de herramientas laminares de la Lista Tipológica para la Industria de Piedra Tallada de los Aborígenes de Cuba, propuesta por Jorge Febles (1988). Este mismo fenómeno se repite para el sitio El Crisol.

Es de destacar, que los grupos humanos que habitan en estos sitios preparan considerablemente los planos de golpeo de los núcleos; por lo que ejercen un eficaz control de las modificaciones y disposiciones de los mismos. En los núcleos se aprecian cambios de orientación de la talla; así como núcleos para la obtención de lascas y láminas, núcleos globulares, núcleos con las planos de golpeo opuestos, entre otros.

Entre las herramientas en núcleo se destacan los tajadores simples y los tajadores complejos, piezas que se vinculan a tradiciones protoarcaicas muy antiguas.

La industria de piedra en volumen en Seibacoa I se clasifica en la categoría de guijarros utilizados, que son materiales obtenidos de los areneros y lechos de los ríos, los cuales sin elaboración previa son puestos en función del objeto de trabajo. Se ha podido determinar que los guijarros se emplean para varias funciones -con tipos diferenciados de artefactos- pero sin el carácter de una verdadera industria.
En relación con El Crisol, los percutores presentan pocas huellas de trabajo en su superficie y el número de ejemplares hallados es reducido. Sin embargo, en Las Damas I la piedra en volumen está compuesta por majadores y percutores, elaborados apartir del empleo de guijarros naturales sin previa transformación. En ellos la superficie de trabajo presenta un alto grado de utilización.

El hallazgo de una esfera lítica en el área de asentamiento de Las Damas I, permite afirmar la presencia de la industria de la piedra tallada en volúmenes pulidos; la cual está pobremente representada es este nivel de las fuerzas productivas.

En la Variante II pueden señalarse como sitios tipo: Vega del Paso y La Larga I. Para estos yacimientos, la piedra tallada está integrada por lascas con talones sencillos y corticales, donde las herramientas denticuladas y las muescas constituyen un elemento significativo del ajuar, como es el caso particular de La Larga I, donde además son numerosos los retoques ventrales y dorsales.

Para Vega del Paso, las lascas suelen ser irregulares y gruesas y en ellas se denota la técnica del control de fracturas en lascas.. Dentro de sus herramientas figuran -entre otras- láminas retocadas, raspadores en lascas gruesas, raspadores microlíticos, lascas con muescas y lascas con retoque inverso. Además, se observan cambios de orientación en los planos de golpeo de los núcleos, así como núcleos microlíticos de lascas, núcleos discoidales y subdiscoidales.

Aunque la piedra en volumen es muy escasa en esta variante, se ha podido constatar que está compuesta por guijarros utilizados sin elaboración previa, con poca explotación de la superficie de trabajo.

La Variante III sólo se identifica en el yacimiento de La Aurora. En él, la piedra tallada presenta un elevado por ciento de herramientas denticuladas, obtenidas mediante retoque inverso y herramientas en muescas; en las que se destacan las del tipo Clactoniense; que son lascas con una muesca de gran magnitud, que en el caso de La Aurora pueden alcanzar 2 cm de longitud o más, por 2 cm de profundidad en el centro del arco. Una técnica específica caracteriza esta industria y está relacionada con lascas macrolíticas; las cuales -mediante una talla concéntrica- son empleadas a su vez para la elaboración de otras lascas, que pueden ser usadas para el mismo fin o como herramientas. Tal cuestión se comprueba porque muchas de las herramientas aparecen sin bulbos de percusión o con ausencia del talón. Las lascas resultantes de este tipo de talla, con frecuencia, presentan doble bulbo o doble superficie ventral.

La industria de la concha -ausente o muy escasa en las variantes I y II- aparece muy bien representada en la Variante III, denotando un profundo dominio de la tradición tecnológica en la elaboración de herramientas y útiles de trabajo y en el aprovechamiento óptimo de las diferentes partes de la concha de grandes moluscos marinos; que fueron fuente de una profusa diversidad de herramientas, con tipos nuevos para la literatura aborigen de Cuba.

La industria de piedra en volumen alcanza también en esta variante un exhuberante desarrollo, consecuencia de un exquisito dominio de las tradiciones tecnológicas en este sentido.

De forma general, puede plantearse, que las variantes I y II del arcaico de Cabaiguán son las que caracterizan la tipología y la tecnología de casi la generalidad de los sitios asentados, con la particularidad de la Variante III; cuyos patrones de asentamiento son mucho más frecuentes para otros municipios de la provincia, específicamente los de Taguasco y Sancti-Spiritus.


REFERENCIA
(1) Felipe Pichardo Moya: Cavernas, costas y mesetas, p. 90.
(2) En Estructura para las comunidades aborígenes en Cuba (1986), José Manuel Guarch cita a los autores Mark Harrigton, Fernando Ortiz, Irving Rouse, René Herrera Fritot, Pichardo Moya, Ernesto Tabío y Estrella Rey y nuevamente a Ernesto Tabío, p. 5.
(3) Jose Manuel Guarch Delmonte: Estructura para las comunidades aborígenes en Cuba, p. 1.


Copyright: Orlando Álvarez de la Paz
Santiago F. Silva García
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email: aguilasdeanaga@gmail.com

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