
LOCALIZAN EN LA BAHÍA DE JAGUA DOS SITIOS CONCHEROS DE GRAN MAGNITUD Y RELOCALIZAN UN INTERESANTE RESIDUARIO AGROALFARERO, REPORTADO EN EL SIGLO PASADO.
Por: Arq. Marcos E. Rodríguez
Las grandes transformaciones que trae consigo el desarrollo industrial generan impactos negativos en el patrimonio natural y arqueológico. Sin embargo, es posible mitigar tales impactos, si no evitarlos, si se toman las medidas oportunas con suficiente tiempo; antes de que las máquinas pesadas y la dinamita comiencen a realizar su labor transformadora. Este es el caso acontecido en la bahía de Jagua o Cienfuegos, en el centro y sur del archipiélago cubano; seleccionada por su estratégica posición y sus condiciones ideales de seguridad y abrigo para desarrollar el denominado Polo Petroquímico, al calor de los ambiciosos proyectos de integración regional, impulsados por la Alternativa Bolivariana para las Américas o ALBA; como se le conoce en el lenguaje cotidiano y popular, aludiendo a un amanecer luminoso para nuestros pueblos de América Latina y el Caribe.
La bahía de Jagua es depositaria de abundante y variado patrimonio arqueológico, tanto prehispánico como post-hispánico, precisamente por las magníficas condiciones que brindó a las poblaciones aborígenes primero y a los colonizadores europeos después.
Es por ello, que los arqueólogos cienfuegueros se han visto inusualmente ajetreados en los últimos meses en la realización de exploraciones, con el objetivo de estudiar nuevos hallazgos y de monitorear el estado de conservación de sitios arqueológicos ya declarados en la zona afectada por tales transformaciones antrópicas.
Estos trabajos de campo han sido apoyados logísticamente por la Empresa Nacional de Investigaciones Aplicadas de Cienfuegos, encargada de realizar los estudios geológicos, previos a la microlocalización de las diferentes instalaciones industriales y de servicios.
Estas grandes acumulaciones de conchas pudieran ser evidencias de una febril actividad de recolección costera por parte de comunidades aborígenes muy tempranas en esta parte del país.
Entonces se evaluó este sitio arqueológico como prácticamente destruido por factores naturales y antrópicos, pero fundamentalmente por el embate del fuerte oleaje durante las tempestades, debido a su ubicación en la misma línea de la costa, al fondo y porción noroeste de la bahía de Jagua.
Se colectaron algunas interesantes piezas, sobre todo asas de recipientes de cerámica; las cuales sobresalían en el talud excavado en el borde del sitio por el constante oleaje, a veces bastante fuerte, durante las borrascas y los huracanes. También se localizaron dos conchales, pero en ambos las características se corresponden con los que abundan en esta comarca, integrados por conchas de diversas especies de moluscos, tanto marinos como terrestres y con apariencia menos antigua.
Se continuarán las prospecciones en la medida en que avancen los estudios geológicos en la zona, por lo que cualquier otra novedad la daremos a conocer en este blog de Arqueología.
Arq. Marcos E. Rodríguez Matamoros
Área de Arqueología
Centro de Estudios Socioculturales
Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas
Universidad de Cienfuegos, Cuba.
email: marcos@azurina.cult.cu